Declaraciones del President sobre el Voto en la Camara sobre la Reforma del Sistema de Seguro de Salud
21 de marzo, 2010
Salón Este
11:47 P.M. EDT
EL PRESIDENTE: Buenas noches a todos. Esta noche, tras casi cien años de palabras y frustraciones, tras décadas de intentos y un año de debate y esfuerzo sostenido, el Congreso de Estados Unidos por fin declaró que los trabajadores, familias y pequeñas empresas de Estados Unidos merecen la seguridad de saber que aquí, en este país, ni enfermedad ni accidente debería hacer peligrar los sueños hechos realidad tras una vida de trabajo.
Esta noche, cuando los expertos decían que ya no era posible, nos liberamos del peso de nuestra conveniencia política; rechazamos la injustificada influencia de los intereses especiales; no caímos en las garras del recelo ni el cinismo ni el temor. En vez de eso, probamos que todavía somos un pueblo capaz de hacer grandes cosas y de hacerles frente a nuestros mayores desafíos. Probamos que este gobierno, un gobierno del pueblo y por el pueblo, todavía trabaja para el pueblo.
Quisiera agradecer a todos los miembros del Congreso que se pusieron de pie esta noche con valentía y convicción para hacer realidad la reforma del seguro médico. Y sé que para muchos, no fue una votación fácil. Pero fue la votación correcta. Quiero agradecerle a la presidenta de la Cámara de Representantes Pelosi por su extraordinario liderazgo; y al líder de la mayoría Steny Hoyer y al encargado de disciplina de la mayoría Jim Clyburn por su compromiso con realizar la labor. Quiero agradecerles a mi sobresaliente vicepresidente, Joe Biden, y mi maravillosa Secretaria de Salud y Servicios Humanos Kathleen Sebelius por su trabajo fantástico sobre este asunto. Quiero agradecerles a los muchos miembros del personal en el Congreso, y a mi propio personal increíble en la Casa Blanca, quienes trabajaron incansablemente el último año con estadounidenses de todas las esferas para forjar un conjunto de medidas para una reforma que finalmente es merecedora del pueblo al que vinimos a servir.
El voto de hoy es la respuesta a los sueños de tantos que han luchado por esta reforma. A los anónimos estadounidenses que se dieron tiempo para sentarse y escribir una carta o un correo electrónico esperando que su voz se escuchara... se escuchó esta noche; a los innumerables voluntarios que tocaron puertas e hicieron llamadas, que se organizaron y movilizaron con la firme convicción de que el cambio en este país no viene de arriba para abajo, sino de abajo para arriba... permítanme reafirmar esa convicción: este momento es posible gracias a ustedes.
Y lo que es más importante, el voto de hoy es la respuesta a las oraciones de todos los estadounidenses que tenían profunda esperanza en que se haría algo respecto a un sistema de cuidado de salud que funciona para las aseguradoras, pero no para la gente promedio. Para la mayoría de estadounidenses, este debate nunca ha sido acerca de debates abstractos entre la derecha y la izquierda, republicanos y demócratas, siempre ha sido algo mucho más personal. Se trata de todos los estadounidenses que han experimentado el shock de abrir un sobre y ver que sus primas han aumentado otra vez en una época que de por sí ya es bastante difícil. Se trata de todos los padres que han experimentado la desesperación de tratar de encontrar seguro para un niño con una enfermedad crónica y recibir negativas una y otra vez. Se trata de todos los dueños de pequeñas empresas obligados a escoger entre asegurar a sus empleados o mantener su empresa a flote. Es por ellos que nos comprometimos con esta causa.
La votación de hoy no es una victoria para ningún partido... es una victoria para ellos. Es una victoria para el pueblo estadounidense. Y es una victoria para el sentido común.
Probablemente no necesito mencionar que la votación de esta noche dará lugar a un frenesí de análisis instantáneos; conteos de ganadores y perdedores en Washington; y predicciones de lo que significa para los demócratas, republicanos, para mi en los sondeos, para mi gobierno. Pero mucho después de que el debate haya terminado, que las predicciones hayan terminado, y hayamos vuelto a la rutina, lo que quedará no es el sistema controlado por el gobierno que algunos temían, ni el status quo que sirve los intereses del sector seguros, sino un sistema de seguro de salud que incorpora ideas de ambos partidos, un sistema que funciona mejor para el pueblo estadounidense.
Si tienen seguro médico, esta reforma les acaba de dar mayor control para frenar los peores excesos y abusos del sector seguros con algunas de las medidas más estrictas de protección al consumidor que este país conoció jamás, para que realmente reciban algo por lo que están pagando.
Si no tienen seguro, esta reforma les da la oportunidad de ser parte de un gran grupo que comprará seguro mancomunadamente, lo que les dará opciones y competencia y precios más bajos para comprar seguro. E incluye el mayor recorte tributario en la historia para las familias trabajadoras y pequeñas empresas que adquieren seguro médico, de modo que si pierden el empleo, cambian de trabajo o abren un nuevo negocio, finalmente podrán comprar cuidado de salud de calidad y a buen precio, y tendrán la seguridad y tranquilidad que resultan de ello.
Esta reforma es la medida correcta para nuestras personas mayores. Le da más solidez a Medicare y más solvencia, pues extiende sus fondos por casi una década más. Y es la medida correcta para nuestro futuro. Reducirá nuestro déficit en más de $100,000 millones en la próxima década y más de $1 billón en la década que sigue.
Así que ésta no es una reforma radical. Pero es una reforma significante. Esta ley no solucionará todos los problemas de nuestro sistema de cuidado de salud. Pero nos encamina decisivamente en la dirección correcta. Ésta es la cara del cambio.
Pero aunque este día es histórico, no es el fin de la travesía. El martes, el Senado abordará las revisiones hechas por la Cámara de Representantes, revisiones que han fortalecido esta ley y eliminado cláusulas que no tienen lugar en ella. Algunos predicen otro asedio de maniobras parlamentarias con el fin de demorar la adopción de estas mejoras. Espero que no sea el caso. Es hora de llevar este debate a su fin y empezar la difícil tarea de implementar esta reforma apropiadamente por el bien del pueblo estadounidense. Este año, y los años venideros, tenemos la solemne responsabilidad de hacerlo bien.
Y este día tampoco representa el fin de la labor que nuestro país enfrenta. Continúa la labor de revitalizar nuestra economía. Continúa la labor de promover la generación de empleo en el sector privado. Continúa la labor de volver a poner los sueños al alcance de las familias estadounidenses. Y seguimos adelante, con confianza renovada, con más energía por lograr esta victoria para ellos.
Al final, lo que este día representa es una piedra más, firmemente sentada en los cimientos del Sueño Americano. Esta noche, respondimos al llamado de la historia, como lo hicieron muchas generaciones de estadounidenses antes que nosotros. Cuando tuvimos que lidiar con una crisis, no nos acobardamos ante el desafío, lo superamos. No evadimos nuestra responsabilidad, la aceptamos gustosos. Y no le tuvimos temor a nuestro futuro, lo forjamos. Gracias, que Dios los bendiga y que Dios bendiga a Estados Unidos de Norteamérica.
FIN 11:55 P.M. EDT