Declaración del Presidente sobre la beatificación del Arzobispo Óscar Romero
LA CASA BLANCA
Oficina del Secretario de Prensa
PARA PUBLICACIÓN INMEDIATA
23 de mayo de 2015
Declaración del Presidente sobre la beatificación del Arzobispo Óscar Romero
Hoy me uno a la gente de El Salvador y de todo el mundo para recibir con regocijo la beatificación del Arzobispo Óscar Romero. Me emocioné profundamente cuando tuve la oportunidad de rendir honores ante la tumba de Monseñor Romero en mi visita a El Salvador en el año 2011. El Arzobispo Romero fue una figura inspiradora para la gente de El Salvador y de todo el continente americano. Fue un sacerdote inteligente y un hombre valiente que perseveró a pesar de tener que enfrentarse a la oposición proveniente de los dos extremos del espectro político. Hizo frente a los males que veía sin temor, guiado por las necesidades de su amado pueblo: la gente pobre y oprimida de El Salvador. Un día después de haberles pedido a los soldados salvadoreños que desobedeciesen las órdenes de represión del gobierno, fue asesinado mientras celebraba misa. Se convirtió en un mártir y millones de personas en todo el continente americano y el mundo lo empezaron a venerar inmediatamente como un santo.
El Salvador ha avanzado mucho en los últimos 35 años. Aquellos que alguna vez lucharon en el campo de batalla ahora compiten por votos y forjan acuerdos en la Asamblea Nacional. Pero tanto el pueblo salvadoreño como nosotros reconocemos que queda mucho por hacer. Actualmente, en El Salvador y en toda Centroamérica, Estados Unidos está guiado por la visión del Arzobispo Romero. Colaboramos con diferentes comunidades para promover las oportunidades económicas, fortalecer el imperio de la ley y crear vecindarios más seguros.
Le agradezco al Papa Francisco por su liderazgo al recordarnos que tenemos la obligación de ayudar a las personas que más lo necesitan y por su decisión de beatificar a Óscar Arnulfo Romero. Esperemos que la visión del Arzobispo Romero sea capaz de inspirarnos a todos a respetar la dignidad de todos los seres humanos y a trabajar por la justicia y por la paz en nuestro hemisferio y el resto del mundo.
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