Al celebrar el mes de la Herencia Hispana como una nación de inmigrantes, es importante reflexionar sobre uno de los valores que una suma de Latinos de nuestro país traen a nuestra comunidad y para nuestra economía – el bilingüismo. Este es un valor que no es solo esencial para nuestras mentes, sino también para nuestra historia, nuestra cultura y nuestro futuro.
Para fortalecer nuestra capacidad para estipular este recurso a nuestros niños, este verano, nuestra Administración dio a conocer su primera declaración política federal sobre cómo apoyar a los niños que aprenden dos idiomas – inglés y su idioma nativo – en los programas de educación infantil.
Es esencial que le demos a todos nuestros niños, sea cual sea el idioma que hablan en sus casas o de donde provengan sus padres, el apoyo necesario para nutrir sus mentes, sus corazones y sus almas. Estos niños serán nuestros ejecutivos, empresarios, diplomáticos, ingenieros, científicos y maestros del futuro. El bilingüismo y la alfabetización en dos idiomas les ayudarán a competir en el mercado laboral y fortalecerán nuestra fuerza laboral en una economía cada día más global.
La neurociencia muestra que los bebés nacen con una mente abierta, listos para aprender todos los idiomas que les podamos enseñar.
En la actualidad, hoy, más de uno de cada cinco niños de edad escolar vive en hogares en los que se habla un idioma distinto al (o además del) inglés. En las últimas décadas, esta cifra ha aumentado más del doble, y en el caso específico de nuestros estudiantes más jóvenes, se calcula que los números son todavía más altos. Por ejemplo, en Head Start, esta cifra es aproximadamente uno de cada tres niños. Estos niños – y la riqueza de idiomas que traen a nuestras clases y posteriormente a nuestra economía – son un tremendo valor para nuestro país.
Para este grupo de niños y para todos nuestros niños, la investigación – y el sentido común – nos dicen que fomentar el bilingüismo es algo bueno. Por muchos motivos:
Puede tener beneficios cognitivos. Los beneficios cognitivos del bilingüismo pueden ser evidentes en los primeros dos años de vida, en áreas como poder controlar la atención, resolver problemas, tomar perspectiva y aplicar conceptos conocidos a situaciones nuevas. Todos estos aspectos apoyan el éxito del futuro aprendizaje y enseñanza. Un nuevo informe investigativo del Instituto de Aprendizaje y Ciencias del Cerebro de la Universidad de Washington estudia estos y otros beneficios cognitivos infantiles del bilingüismo.
Puede tener ventajas económicas. Las personas bilingües tienen mayor acceso al mercado global. En muchos de los sectores de la economía, los estudios muestran que las empresas prefieren contratar a empleados multilingües. Un nuevo informe de investigación, publicado por el Proyecto de Derechos Civiles de la Universidad de California en Los Ángeles, destaca los beneficios económicos del bilingüismo. Uno de los estudios que citan en el informe encontró que los alumnos que tienen habilidades fuertes de bilingüismo y alfabetización en dos idiomas tienen más probabilidades de ir a la universidad y obtener un promedio de $5,400 más al año que sus compañeros que pierden el idioma de su familia y hablan exclusivamente inglés.
Puede tener beneficios sociales. Puesto que el lenguaje y la cultura están muy entrelazados, apoyar el bilingüismo puede ayudar a los niños cuyas familias hablan un idioma distinto del inglés a mantener los lazos con su cultura, mejorar la comunicación con sus familias y apoyar la formación de su identidad. Apoyar el bilingüismo envía el mensaje a los niños que su idioma y su cultura son valiosos y favorables para sus comunidades. Promueve un sentido mucho mayor de pertenencia en nuestras aulas y fomenta el desarrollo socio emocional, que es fundamental para el aprendizaje y éxito escolar.
Pero como país, no hacemos lo suficiente para exponer a nuestros niños a oportunidades enriquecedoras que promuevan el bilingüismo y la alfabetización en dos idiomas. A pesar de la gran diversidad que nuestros alumnos más jóvenes traen a las aulas, casi todos los programas de educación infantil usan modelos en los que toda la enseñanza, o la gran mayoría, se imparte solo en inglés. Y un reporte nuevo de la Fundación New America muestra que hay una gran diferencia entre la diversidad idiomática de nuestros alumnos más jóvenes y la de los educadores de nuestro país.
Esta realidad también contrasta con lo que desean muchos padres. El año pasado New America reportó que la demanda de programas de inmersión en dos idiomas en las escuelas públicas del Distrito de Columbia superaba mucho la oferta. Algunos programas recibieron de 400 a 500 solicitudes para 30 plazas disponibles en programas de inmersión en dos idiomas.
Como nación, debemos asegurar que los niños bilingües – y todos los niños – tengan acceso a oportunidades de educación infantil de alta calidad y que a través de esos programas, abracemos y desarrollemos la diversidad de idiomas que ellos aportan, para que todos podamos progresar.
Y eso significa todos nuestros bebés. Estudios indican que los programas de educación infantil y las escuelas que promueven intencionadamente el bilingüismo y la alfabetización en dos idiomas, con docentes de alta calidad, producen resultados cognitivos y sociales favorables para los niños bilingües y también para sus compañeros monolingües que hablan inglés.
Y es por eso que la declaración política que nuestra Administración ha dado a conocer y los pasos proactivos que estamos dando para tratar este tema son tan importantes.
Aumentar el acceso a programas de educación infantil de alta calidad que promuevan el desarrollo del bilingüismo contribuirá a lograr resultados de aprendizaje más sólidos para nuestros alumnos bilingües, igual que para sus compañeros. También extenderá el bilingüismo y la alfabetización en dos idiomas, ambos aspectos que contribuyen grandes ventajas en nuestra economía global, a un mayor número de nuestros estudiantes más jóvenes.
Los niños de hoy reflejan la fuerza laboral de mañana. Con cada día que pasa, la tecnología hace que nuestro mundo sea más pequeño y esté más interconectado. Por eso es cada vez más importante aumentar las primeras oportunidades de nuestros niños – incluyendo las oportunidades lingüísticas. Disminuyendo las diferencias entre las oportunidades que tienen unos y otros, y asegurar que cada uno de los niños pequeños pueda alcanzar su máximo potencial es una necesidad económica y social. Es la decisión más sabia. Y es lo correcto.
Celebremos y promovamos la diversidad que nuestros niños y familias aportan a nuestras aulas. Desde antes del primer día de clase, enseñemos a nuestros niños que su cultura e historia son valiosas. Que saber más de un idioma es bueno, no solo para su futuro, sino para el de todos nosotros. Que estar conectados a quienes son y al lugar de donde proceden sus familias a través del idioma y la cultura es parte de nuestra historia y de nuestro éxito como país. Que creemos en ellos y dependemos de ellos para que usen sus valiosas habilidades para garantizar que nuestro país siga siendo la economía y la democracia más robustas del mundo.