La Administración está comprometida en dar todo paso necesario tan rápido como sea posible para proteger a los estadounidenses del Zika. Es por eso que le presentamos al Congreso una solicitud de financiación suplementaria de emergencia en febrero para fortalecer nuestros esfuerzos y adelantarnos a la enfermedad. Sin embargo, el Congreso aún tiene que actuar.
Han pasado casi dos meses y la situación se vuelve cada vez más crítica. Desde que presentamos la solicitud suplementaria al Congreso, hemos aprendido que la transmisión sexual del virus es más común de lo que creíamos; que el posible impacto en el desarrollo del cerebro fetal es más duro y serio de lo que comprendimos en un inicio; y que en Estados Unidos, el rango geográfico del mosquito Aedis aegypti sobrepasa nuestro cálculo inicial.
El virus del Zika se está propagando en Puerto Rico, las Islas Vírgenes de EE. UU., Samoa Americana y en el extranjero, y es probable que haya una transmisión local por mosquitos en los Estados Unidos continentales en los próximos meses de primavera y verano. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha planteado que hay un fuerte consenso científico de que el virus del Zika es una causa de microcefalia y otros malos resultados de embarazos, el síndrome de Guillain-Barré y otros trastornos neurológicos. Hay un caso confirmado de un bebé que nació con microcefalia relacionada con el Zika en Hawái, y hay casos adicionales de microcefalia que está en investigación. Desde la semana pasada, hay 33 países y territorios en el continente americano que reportaron transmisión activa de Zika.
Continuamos el llamado al Congreso para que tome medidas inmediatas para proporcionar el monto completo solicitado de la financiación suplementaria de emergencia, sin embargo, debido a la falta de acción por parte del Congreso, debemos aumentar ahora las actividades de preparación y respuesta ante el Zika.
Debido a que nos enfrentamos a esta necesidad urgente, hemos identificado $589 millones —que incluyen $510 millones de los recursos existentes del ébola dentro del Departamento de Salud y Servicios Humanos y el Departamento de Estado/USAID— que se pueden reasignar de forma rápida e invertir en actividades inmediatas y sensibles al tiempo, tales como el control de mosquitos, la capacidad de laboratorios, el desarrollo de diagnósticos y vacunas, el apoyo a madres futuras y bebés afectados, el seguimiento y el mapeo de la propagación y los efectos de infecciones del Zika en los seres humanos, así como otros esfuerzos de prevención y respuesta en los Estados Unidos continentales, Puerto Rico, otros territorios de EE. UU., y en el extranjero, en especial dentro del continente americano.
Siempre hemos dicho que estamos abiertos a usar una porción de los montos existentes del ébola para el Zika; sin embargo, dichos montos solos no proporcionarían una respuesta de recursos suficientes para la amenaza significativa que implica el Zika. Esto sigue siendo verdad. Como tal, los fondos reasignados no son suficientes para apoyar a una respuesta integral ante el Zika, y solo puede abordar de forma temporal lo que se necesita hasta que el Congreso actúe con respecto a la solicitud suplementaria de emergencia de la Administración. El financiamiento suplementario de emergencia continúa necesitándose de forma urgente para apoyar un rango completo de actividades que se necesitan para prevenir, detectar y responder a la transmisión adicional del virus del Zika, lo que incluye lo siguiente:
Sin el monto completo del financiamiento suplementario de emergencia solicitado, muchas de las actividades que necesitamos comenzar ahora se tendrían que demorar, acortar o detener, en cuestión de meses. Por ejemplo, sin el financiamiento adicional, las pruebas y la producción de vacunas candidatas más allá de las primeras etapas de los ensayos clínicos no serían posibles. Además, la falta de financiamiento suplementario prevendría que desarrollemos tecnologías de plataforma para vacunas candidatas para lograr esta respuesta ante el Zika, y que aceleremos la respuesta de enfermedades infecciosas emergentes en un futuro. Si no hay financiamiento suplementario, tendremos que demorar los contratos con los fabricantes para el desarrollo de pruebas de diagnóstico más rápidas y precisas, que se necesitan para garantizar que se realicen pruebas en las personas que piensan que han estado expuestas al Zika. En particular, hay una necesidad crítica de contar con puntos de atención para el diagnóstico que son más rápidos y que no necesitan capacidad de laboratorio. De igual forma, es prudente comenzar las actividades de monitoreo y control de los mosquitos, antes de los meses de verano que son la temporada más alta de mosquitos, y antes del comienzo de la temporada de lluvias en Centroamérica y el Caribe. La falta de fondos podría resultar en una interrupción a estos esfuerzos en cuestión de meses, lo que aumentaría el riesgo de que más estadounidenses se contagien con el virus del Zika. Sin el financiamiento suplementario, los CDC no podrán financiar por completo las subvenciones estatales planificadas para la preparación de emergencia de salud pública, lo que impediría la capacidad de los estados para implementar por completo planes de preparación y respuesta ante el Zika basados en los riesgos.
La solicitud suplementaria completa también se necesita para reponer los montos que ahora estamos gastando de las cuentas del ébola para financiar actividades relacionadas con el Zika. La amenaza del ébola sigue siendo el centro de atención, según lo demuestran los casos recientes en Guinea y Liberia, y aún se realizan trabajos críticos y continuos para garantizar que realicemos un seguimiento con nuestra respuesta ante el ébola. Actualmente hay 12 casos en Guinea y Liberia, con casi 1000 contactos que están en observación. Dado el alto riesgo de exposición de muchos de dichos contactos, esperamos que la cantidad de casos aumente en los próximos días. La reposición de las cuentas del ébola asegurará que haya fondos suficientes de contingencia para abordar las necesidades imprevistas relacionadas con el Zika y el ébola.
Como hemos visto tanto con el ébola como con el Zika, aún hay muchos factores desconocidos acerca de la ciencia y la escala del brote, y cómo impactará a madres, bebés y sistemas de salud a nivel nacional e internacional. Instamos al Congreso a que actúe rápidamente en cuanto a la solicitud de emergencia para el Zika para garantizar que haya fondos para adelantarnos a esta enfermedad, al igual que al ébola, y para hacer todo lo posible para proteger a los estadounidenses.
Shaun Donovan es el Director de la Oficina de Administración y Presupuesto.