Como parte de los preparativos de la Cumbre sobre Familias Trabajadoras de la Casa Blanca, hemos estado estudiando políticas y mejores prácticas que ayuden a las familias y a las empresas a manejar la cada vez más complicada interacción entre trabajo y vida familiar. Los funcionarios del gobierno auspiciaron una charla (la primera de este tipo en la Casa Blanca) sobre el presente de los padres trabajadores y las medidas que pueden tomar las empresas para crear una cultura en la que todos ganen al posibilitar que dichos padres se comprometan más con la educación de sus hijos y sean mejores empleados.
La necesidad de repensar las políticas laborales a fin de amparar a las familias no debe centrarse exclusivamente en las mujeres o madres trabajadoras, sino que tiene que tener en cuenta a los padres trabajadores, que son una pieza clave en este asunto. Tal como lo muestran los datos recopilados por el Consejo de Asesores Económicos sobre “Los aspectos económicos de la paternidad y el trabajo”, el papel del padre ha sufrido una transformación y hoy en día los padres participan más en la crianza de sus hijos. Este cambio obedece tanto a factores culturales como económicos, ya que las familias se han adaptado a la realidad del papel más protagónico de la mujer en el mercado laboral. En la actualidad, casi dos tercios de los niños viven en una familia con dos padres que trabajan o con un padre o madre solteros que trabajan, lo cual contribuye a la tendencia del aumento del papel del padre en la crianza de los hijos. Hoy en día, uno de cada catorce padres con hijos menores de 18 años son padres solteros (un aumento que multiplica por siete la cifra correspondiente a 1970) y cada vez es más común que el padre permanezca en la casa mientras la madre trabaja.
Sin embargo, la mayoría de los padres (al igual que ocurre con las madres) están intentando mantener un equilibrio entre su trabajo y sus obligaciones paternales. Uno de cada cinco niños que van a guarderías tiene registrado a un padre como la principal persona a cargo y la mayoría de estos padres trabajan. Los padres modernos pasan más tiempo encargándose de sus hijos y de las tareas domésticas a la vez que intentan ocuparse de sus carreras. En la actualidad, hay más padres que cambian pañales, pasan a buscar a sus hijos al colegio, los ayudan a hacer los deberes y tienen que estar disponibles en caso de que haga falta buscar a un hijo enfermo del jardín de infantes. Al tener que pasar más tiempo ocupándose de sus hijos y de las tareas domésticas sin apenas posibilidad de reducir el tiempo que permanecen en el lugar de trabajo, los padres están manifestando con mayor frecuencia la existencia de conflictos entre el hogar y el trabajo. Actualmente se ha invertido la tendencia y es más probable que un padre manifieste dificultades en mantener un equilibrio entre el trabajo y la familia que una madre.
Estos cambios sugieren la necesidad de poner en efecto políticas y mejores prácticas, como las ausencias pagadas y la flexibilidad laboral, que ayuden a las madres y los padres a mantener un mejor equilibrio entre sus deberes contrapuestos como trabajadores y como padres. Los estudios han demostrado que dichas políticas pueden beneficiar a las empresas al permitirles contratar a trabajadores talentosos, reducir la necesidad de reemplazar empleados y aumentar la moral, la productividad y los beneficios. Por ejemplo, a pesar de que inicialmente algunas empresas estaban preocupadas por la ley de ausencias con goce de sueldo del estado de California antes de su entrada en vigor, en una encuesta reciente más del 90 por ciento de los encuestados indicaron que no habían experimentado ningún efecto negativo o que la ley había tenido un efecto positivo en la rentabilidad, el reemplazo de empleados, la productividad y la moral. Y otros estudios han demostrado que la flexibilidad puede dar lugar a una mayor productividad y que existe una correlación con las empresas bien gestionadas. Los inversores también consideran que estas políticas son buenas para la rentabilidad: cuando las empresas anuncian políticas nuevas que benefician a las familias, los precios de las acciones aumentan.
En el evento, escuchamos a los principales expertos, a padres trabajadores, a líderes empresariales y a funcionarios del gobierno opinar sobre la paternidad moderna y cómo podemos ayudar a los hombres a mantener un equilibrio entre sus deberes familiares y laborales. Nuestros participantes (empleados y pequeñas, medianas y grandes empresas) corroboraron los resultados de las investigaciones, que muestran que las políticas de ausencias pagadas y flexibilidad pueden ser beneficiosas para los negocios.
Mientras ultimamos los preparativos de la cumbre sobre familias trabajadoras del 23 de junio, esperamos contar con la participación de más expertos, empresas, investigadores y demás interesados para estudiar estrategias que nos permitan hacer uso extensivo del talento que tenemos en Estados Unidos y aumentar nuestra competitividad global a la vez que nos aseguramos de que tanto las madres como los padres puedan criar a sus hijos con éxito.
Jason Furman es el presidente del Consejo de Asesores Económicos. Betsey Stevenson es miembro del Consejo de Asesores Económicos.