Como parte de un esfuerzo nacional sin precedentes para hacer frente a las alarmantes tasas de agresión sexual en los campus universitarios, el presidente Obama emitió un Memorando Presidencial hoy para establecer el “Grupo de Trabajo de la Casa Blanca para proteger a los estudiantes contra la agresión sexual”. El grupo de trabajo se encargará de compartir las mejores prácticas y aumentar la transparencia, el cumplimiento, la concientización pública y la coordinación interinstitucional para prevenir la violencia y apoyar a los sobrevivientes. La creación de este Grupo de Trabajo se basa en el llamamiento a la acción de 2010 del Presidente, que instaba al gobierno federal a apoyar a las sobrevivientes y a tomar medidas eficaces contra la agresión sexual.
Las estadísticas sobre la agresión sexual en este país son totalmente impactantes. Un informe recién publicado por el Consejo de la Casa Blanca sobre Mujeres y Niñas titulado “Violación y Agresión Sexual: Un Llamamiento Renovado a la Acción” revela que casi 1 de cada 5 mujeres, y 1 de cada 71 hombres han sufrido una violación o un intento de violación en su vida. Estas estadísticas son sorprendentes, pero no pueden captar las cicatrices emocionales y psicológicas que los sobrevivientes a menudo arrastran durante toda su vida, ni el valor necesario para recuperarse.
El informe indica que los estudiantes experimentan algunas de las tasas más altas de agresión sexual. Esta violencia y el estrés, el miedo y los retos de salud mental que a menudo conlleva, se combinan para aumentar las tasas de deserción escolar y limitar las oportunidades para el éxito en la universidad de mujeres y niñas. La Administración se ha comprometido a invertir en la educación, la capacitación y la plena inclusión en la fuerza laboral de las mujeres, y el Presidente cree firmemente que la lucha contra la agresión sexual es vital para ese esfuerzo.
Es importante que tengamos los rostros y las historias de la vida de nuestras mujeres y niñas en mente a medida que continuamos este trabajo. Mi oficina se comunicó recientemente con una joven llamada Lauren que experimentó personalmente una agresión, y que comenzó a hablar el año pasado con la esperanza de poder ayudar a más mujeres a sobrellevar el dolor, y las complejas capas del aflicción, que afectan a millones de mujeres en este país cada año.
Lauren fue violada durante su segundo año en la universidad, por alguien que ella conocía y en quien confiaba. Así ocurre la mayoría de las veces. El trauma de su agresión fue debilitante a varios niveles, pero como ella dijo, fue incapacidad para contarlo lo que le produjo el mayor daño. Le preocupaba pensar que había sido su culpa. ¿Había bebido demasiado? ¿Fue ella la que se le insinuó? ¿No la oyó él decir que “no”? ¿No fue culpa de nadie porque él también había estado bebiendo?
Lauren puso buena cara para poder ir las clases, a trabajar, y por todo el campus, día tras día, pero el dolor que sentía en su corazón era profundo. Se sentía en peligro, sucia y consumida por sentimientos implacables de culpa, vergüenza e ira. Durante seis meses, Lauren llevó ese dolor en su corazón, y se apartó del mundo; lloraba durante la mayoría de las noches y no comía la mayoría de las veces. No podía comer, luchó para interactuar con sus amigos y seres queridos, se sentía perpetuamente al borde de las lágrimas, y en ocasiones no podía encontrar la fuerza para levantarse de la cama durante días a la vez.
Con el tiempo y, finalmente, con la ayuda de un psiquiatra, y amigos y familiares con quienes ella se sentía cómoda compartiendo su historia, Lauren comenzó a encontrar su camino de regreso. La historia de cada sobreviviente y los desafíos que enfrentan es algo único, pero ‘algo único’ en este caso, por desgracia, no significa raro. La historia de Lauren es la historia de millones de mujeres y una historia que nunca debemos olvidar. En los años posteriores, ella ha usado su voz y sus escritos para crear conciencia y abogar por otras sobrevivientes. Ella está haciendo todo lo posible para asegurarse de que las mujeres sepan que lo que le pasó a ella está mal y es inexcusable. Nadie se lo merece. Y su derecho es contar su historia sin vergüenza y sin miedo. Lauren no está sola y todos debemos unirnos a ella para asegurarnos de que nadie que enfrente este tipo de dolor sienta nunca que está solo.
Todos tenemos un papel que desempeñar en la prevención de experiencias como estas. A través de una mejor educación y formación de la conciencia de nuestras jóvenes. A través de una orientación y la socialización mejoradas de nuestros niños y jóvenes. A través del empoderamiento de las personas presentes para que reconozcan situaciones de peligro y hablen. A través de la mejora de los servicios de apoyo a sobrevivientes y políticas de respuesta de la justicia y admisión de incidentes más centradas en las víctimas en nuestros campus.
El Grupo de Trabajo de la Casa Blanca para Proteger a los Estudiantes contra la Agresión Sexual se basa en los esfuerzos federales ya en marcha que tratan de romper los ciclos devastadores de la violencia en los campus y en todo el país. Por ejemplo:
Tanto el Presidente como todos nosotros en el Consejo sobre Mujeres y Niñas estamos comprometidos a poner fin a la agresión sexual y apoyar a los sobrevivientes mejorando las respuestas de las escuelas a la violencia, mejorando las respuestas de la justicia penal a los sobrevivientes, y comprometiendo recursos vitales donde hagan el mayor bien. La Administración también trabajará para facultar a las mujeres y a los hombres para luchar contra la agresión sexual, con el fin de cambiar la cultura de la pasividad y la tolerancia de este país, que a menudo permite que persista este tipo de violencia.
Podemos y debemos cambiar las actitudes de nuestra nación hacia estos crímenes devastadores, y todos tenemos un papel que desempeñar en la prevención de la violencia, y en el apoyo a los millones de sobrevivientes de todo el país en sus esfuerzos por reconstruir sus vidas. El Presidente ha renovado su llamamiento a la acción para poner fin a la agresión sexual, y todo su equipo está ansioso de colaborar a través de la educación del gobierno, el mundo universitario y las comunidades de todas partes para asegurar que nuestras mujeres y nuestras niñas se sientan a salvo, seguras y en condiciones de prosperar cuando se dirigen a la escuela, y en el mundo.
Valerie Jarrett es Asesora Sénior del Presidente y directora del Consejo de la Casa Blanca sobre Mujeres y Niñas