Demasiadas familias en todo el país tienen que hacer malabarismos para pagar sus facturas y poner comida en la mesa. El Programa Asistencial de Nutrición Suplementaria (Supplemental Nutritional Assistance Program, SNAP) alivia un poco esta carga al ayudar a las familias a costear sus alimentos y evitar caer en la pobreza. En 2012, este programa evitó que casi 5 millones de personas cayeran en la pobreza, incluidos 2.2 millones de niños, muchos de ellos latinos. Además de ayudar a las familias estadounidenses durante un período económico difícil, los beneficios de SNAP brindan uno de los métodos más rentables para fomentar el crecimiento y el empleo cuando la economía está débil.
La salud nutricional del país sigue siendo una máxima prioridad para la Administración del Presidente Obama. Lo que comemos y cómo nos alimentamos afecta a nuestra capacidad de éxito, nuestros sueños y esperanzas, la economía, el medioambiente y, sobre todo, a nuestros niños.
A pesar de las duras noticias de que 49 millones de personas que viven en Estados Unidos no cuentan con una seguridad alimentaria, esta cifra se ha mantenido estable desde 2008. Un motivo clave de esto es la capacidad directa del Programa Asistencial de Nutrición Suplementaria (SNAP) para mitigar el hambre en los Estados Unidos. Cuando la participación en SNAP aumentó durante la recesión, el programa se expandió como lo tenía previsto. Al brindar una red de seguridad nutricional durante nuestra recuperación económica, SNAP pone comida a las mesas de las personas en aprietos mientras vuelven a la normalidad. SNAP también ayuda a alimentar a los 15 millones de niños que viven en hogares sin seguridad alimentaria, ya que un 20 % de los niños en Estados Unidos viven en la pobreza.
Hoy, SNAP brinda servicio a 47 millones de personas que viven en Estados Unidos. A medida que la economía continúa mejorando, la participación en SNAP comenzó a estabilizarse en 2012 y ya está decayendo. La capacidad del programa para expandirse y contraerse de acuerdo con la economía refleja tanto la intención del Presidente John F. Kennedy cuando desarrolló el proyecto piloto en 1961, como el compromiso del Presidente Lyndon B. Johnson para acabar con el hambre cuando firmó la Ley de Estampillas para la Compra de Alimentos (Food Stamp Act) de 1964. Gracias a la visión de ambos, SNAP aún complementa la dieta de las personas que viven en Estados Unidos sin seguridad alimentaria, para que así todos puedan contar con los alimentos que necesitan para llevar vidas activas y saludables.
La falta de seguridad alimentaria podría implicar saltarse comidas, preocuparse por el origen de su próxima comida o modificar sus opciones de compras en el supermercado para poder costearlas. SNAP alivia estas presiones diarias para millones de personas que viven en Estados Unidos. Por ello, necesitamos apoyar este programa en el Proyecto de Ley Agrícola, ya que el hambre en Estados Unidos a menudo pasa desapercibido y, paradójicamente, está vinculado con la obesidad. El hambre afecta igualmente a los niños, a la clase trabajadora pobre, a los veteranos, a los ancianos y a diversas comunidades similares. Aunque un 30 % de los niños en Estados Unidos tienen sobrepeso u obesidad, casi la mitad de los beneficiarios de SNAP (45 %) son niños.
Desde que el Presidente Obama asumió su cargo, ha apoyado la Ley de Niños Sin Hambre y Saludables (Healthy, Hunger-Free Kids Act) que firmó en 2010 para mejorar los alimentos que se ofrecen en las escuelas como no se había hecho en 30 años. La Primera Dama lidera nuestra meta de combatir la obesidad infantil mediante el programa “Let’s Move!” y el huerto que cultiva en la Casa Blanca. El secretario de Agricultura, Tom Vilsack, expande el acceso a SNAP a los mercados agrícolas, erradica la pobreza rural al fortalecer la agricultura local, colabora con comunidades mediante programas “De la granja a la escuela”, y ofrece micropréstamos del USDA a agricultores nuevos y principiantes para eliminar la escasez de alimentos.
A medida que nuestro país se dirige hacia un sistema alimentario más fuerte y saludable, tenemos que seguir brindando alimentos saludables a todos nuestros niños. Los programas del USDA como SNAP, el Programa Especial de Nutrición Suplementaria para Mujeres, Infantes y Niños (WIC) y el Programa Nacional de Alimentación Escolar permiten que los niños coman bien. Estos programas reducen nuestra brecha de hambre y permiten que los niños tengan éxito para que en el futuro también ellos puedan contribuir.
Mientras que los bancos de alimentos se preparan para una mayor demanda debido a los recortes que SNAP sufrió recientemente, los niños y jóvenes están solucionando el problema del hambre en sus comunidades. Jack Berman, de 6 años y residente de Scottsdale, Arizona, donó los $1020 que recaudó corriendo vueltas para ayudarnos a alimentar a niños hambrientos. La escuela secundaria Williams Field High School de Gilbert, Arizona, recaudó 17,000 libras de alimentos donados con los que llenaron un autobús escolar entero.
A pesar de lo agradecidos que estamos de estos líderes jóvenes por sus inspiradores logros, esperamos que algún día sus donaciones no sean necesarias. Mientras tanto, SNAP complementa la reducción de la brecha de hambre con la que nuestros bancos de alimentos les cuesta contribuir, y apoya la seguridad alimentaria para nuestros niños. Si fortalecemos su salud nutricional, entonces fortaleceremos su capacidad de que crezcan felices, saludables y productivos. Mientras celebramos y compartimos alimentos en esta temporada navideña, recordemos que nuestros niños merecen opciones alimentarias saludables hoy para que podamos construir un mejor Estados Unidos mañana. Al igual que la inspiración del Presidente Kennedy, nuestro compromiso con la salud nutricional de nuestros niños refleja lo que juntos podemos hacer por nuestro país.
Lisa Pino es Presidenta and Directora Ejecutiva del United Food Bank de Arizona. Anteriormente fue Secretaria Auxiliar Adjunta de Derechos Civiles del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) y Administradora Adjunta de SNAP para el USDA bajo la Administración del Presidente Obama.