
¿Puede nombrar su fruta o verdura favoritas? ¿O qué tal su favorito ejercicio al aire libre? En los Servicios de Nutrición del USDA estas preguntas tienen un significado especial para nosotros porque trabajamos todos los días para ayudar a la gente a comer una dieta más saludable y a mantenerse activa. Este enfoque es especialmente importante para nosotros esta semana, cuando resaltamos la salud y el bienestar de los latinos en celebración del Mes de la Herencia Hispana.
La comida juega una parte central en la vida y la cultura de los hispanos. Las comidas unen a la familia, resaltan las tradiciones y reflejan el duro trabajo de los trabajadores agrícolas e industriales, los cocineros, los meseros y muchos más. Como la primera subdirectora hispana del Programa Suplementario de Asistencia Nutricional (SNAP) del USDA, el principal programa de esta nación para combatir el hambre, me ha sido un honor trabajar en mejorar el acceso al programa y la participación de los latinos, visitar a las comunidades latinas, hablar de la paradoja entre el hambre y la obesidad y comunicar cómo los programas de asistencia nutricional del USDA pueden fomentar la adopción de estilos de vida más saludables.
Al hacer todo esto, me acuerdo de mis alimentos favoritos de niña, tales como plátanos, mangos, pimientos y también de largas caminatas, todo esto influido por haberme criado como hija de primera generación de padres inmigrantes en la Ciudad de Nueva York. A pesar de nuestros ingresos limitados, en nuestra familia comimos juntos todas las noches. Mamá hizo todo lo posible para servirnos frutas y verduras –aun si comer bien significaba gastar menos en otras cosas. Diría ella que “las comidas son nuestra salud y nuestra salud es todo”. Este mensaje sigue informando mi compromiso con el servicio público y me guía en mi trabajo en el USDA en temas de nutrición.
Desafortunadamente, los latinos de Estados Unidos están experimentando tasas cada vez mayores de pobreza, hambre, obesidad e inseguridad alimenticia. El 40 por ciento de los niños hispanos son preobesos u obesos y un tercio vive en la pobreza. El hambre y la obesidad muchas veces son dos caras de la misma moneda, ya que ambas son causadas por la desnutrición.
El aumento de las tasas de obesidad en latinos en Estados Unidos también ha contribuido a aumentos en las enfermedades crónicas que acompañan a la epidemia. Se cree que uno de cada dos niños latinos nacidos en 2000, o en años posteriores, llegará a padecer diabetes. Además de estos motivos de preocupación, los niños latinos no son lo suficientemente activos. De hecho, los jóvenes latinos están en frente de las televisiones, las computadoras, los videojuegos, las películas y los teléfonos celulares más de las 7.5 horas al día que pasan así, en promedio, los jóvenes de 8 a 18 años.
Aunque queda mucho trabajo por hacer para combatir el hambre y la obesidad en las familias latinas, el USDA sigue dedicado a fomentar cambios positivos. ¡Y no todas las noticias son malas! De hecho, sólo en el último año hemos recibido muchas noticias buenas, entre ellas:
Así quela próxima vez que comparta una comida con su familia, recuerde que usted puede hacer cambios pequeños y simples hacia una alimentación saludable, actividad física y un mejor bienestar. Juntos, todos podemos jugar un papel en el fomento de las familias latinas y de las comunidades a adoptar un estilo de vida saludable. Después de todo, como dice mi madre, nuestra salud es de hecho todo, o nuestra saludlos es todo.
Para más información sobrelos quince programas y profesiones de Servicio de Alimentación y Nutrición de la USDA, visite el sitio web del FNS. También puede seguir a la USDA USDANutrition @ en Twitter, en Facebook, y leer el blog de la USDA.
LisaPino es la Vice Administrador del Programa de Acceso a la Nutrición (SNAP) en el Servicio de Alimentación y Nutrición del Departamento de Agricultura de los EE.UU.