
Hoy marca una importante etapa en nuestra labor de crear un Estados Unidos más sano y seguro. La recientemente publicada Estrategia Nacional para el Control de Drogas del Año 2010 sirve como un modelo de acción para enfrentar el consumo de drogas y sus consecuencias. Enfatizando la colaboración y estrategias innovadoras, la estrategia esboza metas para los próximos cinco años para reducir el consumo de drogas y sus consecuencias por medio de una política equilibrada de prevención, tratamiento, aplicación de ley y cooperación internacional.
La nueva Estrategia, que es el plan inaugural para el control de drogas de la Administración del Presidente Obama, fue creada con aportaciones recibidas durante una gira nacional y será implementada por medio de un esfuerzo coordinado entre entidades nacionales, estatales y locales. Este enfoque colaborativo maximizará los recursos federales y mejorará el intercambio de información. Y no hay tiempo para gastar en enfrentar esta preocupación continua.
El consumo de drogas afecta a millones de familias estadounidenses, presiona nuestra economía y el sistema de salud, y daña el bienestar de nuestra gente joven y nuestros veteranos militares. La reciente violencia en México sirve como un recuerdo trágico de la amenaza que el narcotráfico presenta, y de la necesidad que cada nación haga esfuerzos para proteger su gente de la violencia, corrupción, e inestabilidad causada por el tráfico ilegal de drogas. Abordar exitosamente estos temas implica continuar el apoyo inquebrantable de la Administración a la aplicación de ley y al sistema judicial penal, interrumpir la producción y el tráfico interno de drogas, y trabajar con socios para reducir el comercio global de drogas mientras también reducir la demanda para drogas en nuestra nación.
Informados por medio de consultas con oficiales de nuestros gobiernos estatales y locales, organizaciones comunitarias, practicantes, e investigadores, la Estrategia esboza un enfoque equilibrado que enfatiza prevención basada en la comunidad, integración de tratamiento basado en evidencia en el sistema de salud, implementación de la Estrategia de la Frontera Sudoccidental y otros arreglos internacionales para trastocar organizaciones transnacionales traficantes de drogas, tanto como innovaciones en el sistema judicial penal que ayudan a la gente a recibir el tratamiento que necesita y a reducir las tasas de reincidencia.
Específicamente, la Estrategia esboza metas a lo largo de cinco años para reducir el consumo de drogas y sus consecuencias:
Estas son metas ambiciosas y hay muchos desafíos por delante, pero también hay muchas buenas razones para ser optimista. Tenemos una gran variedad de herramientas para enfrentar el abuso de drogas y sus consecuencias y, gracias a los esfuerzos de un sinnúmero de organizaciones y ciudadanos dedicados, millones de estadounidenses ya han superado la adicción y el abuso de drogas y están ahora en recuperación. Juntos, podemos trabajar para reducir el consumo de drogas y sus consecuencias para crear un país más sano y seguro.
Para más información sobre la Estrategia Nacional Para el Control de Drogas del 2010, por favor visite: www.whitehousedrugpolicy.gov/strategy.
R. Gil Kerlikowske es el director de la Política Nacional para el Control de las Drogas